sexta-feira, 30 de novembro de 2007

La Acupuntura Médica Contemporánea y el Tratamiento del Dolor

Dolor es el motivo más común para la demanda por asistencia médica, y el manejo de los enfermos con dolor es uno de los problemas más importantes encontrados en la práctica clínica [Melzack R. 1993].

Un componente fisiológico siempre presente en todas las condiciones dolorosas, independiente de la categoría fisiopatológica en que se inscribe (nociceptiva, neuropática, inflamatoria, funcional), es la sensibilización de la red neural relacionada, en la periferia y en nivel central. Aspecto crucial de los síndromes dolorosos, y muchas veces no tratables por los medios farmacológicos, el componente neural sensorial, motor y autonómico del dolor puede ser controlado por medio de los métodos de la Acupuntura Médica Contemporánea (AMC).

En su mayor parte, los síndromes dolorosos que se presentan en la práctica clínica son de naturaleza disfuncional, raramente asociadas con hallazgos de laboratorio o cambios estructurales que los justifiquen [Travell & Simons, 1983]. La participación de los músculos como causa primaria del dolor, o como comorbilidad de enfermedades inflamatorias, neoplásicas, degenerativas, o neuropáticas estuve por mucho tiempo despreciada, pero fue debidamente valorizada en las ultimas décadas [Simons J. 2001]. En el manejo de esos síndromes dolorosos, las intervenciones locales como las técnicas de la AMC son consideradas imprescindibles [Nabeta T. 2002].

La inserción de dos conceptos: 1) de la correlación entre alteraciones clínicas
y la fisiología de la red neural y 2) de la modulación del sistema nervioso por inputs periféricos, inaugura una nueva modalidad de terapéutica en la medicina contemporánea. Con el crecimiento de la base de conocimiento en neurofisiología, neuroanatomia y neuroquímica de la transmisión y modulación en el sistema nervioso periférico y central, se desarrollan tratamientos que actúan sobre eses sistemas [Krames E.S. 2001].

La AMC es un método médico que utiliza técnicas de estimulación neural periférica con la finalidad principal de promover el bien-estar y la recuperación de la salud de enfermos con síndromes dolorosos y disfuncionales [Baldry P. 2002]. Su aplicabilidad en el tratamiento del dolor está bien establecida. La eficacia y las ventajas de su utilización están comprobadas por las investigaciones clínicas, en que fueran comparados con placebo y con otros métodos [Hsueh T.C.1997; Gunn C.C. 1980; Hesse J. 1994; Smith J.C. 1997; Kleinhenz J. 1999; Irnich D. 2001].

Resultado de una evolución histórica que tiene sus orígenes en la Acupuntura tradicional china, la AMC está fundamentada en el reconocimiento de los mecanismos de acción de los métodos de estimulación neural periférica, y su práctica es basada en las comprobaciones aportadas por las investigaciones clínicas. Sintéticamente, la AMC es definida como un conjunto de técnicas que tienen consecuencias neurofisiológicas relacionadas con un incremento del input neural y/ó la promoción de influencias moduladoras [Rowlingson J. C., Murphy T. M. 2000]. Las respuestas involucran procesos fisiológicos en los niveles local, segmentar y encefálico del sistema nervioso con amplios resultados, clínicamente verificados [Stux G., Hammerschlag R. 2001].

Los efectos terapéuticos son intermediados por una reorganización de circuitos neurales, con repercusiones locales, espinales, cerebrales, hormonales, autonómicas y inmunitarias. Incluyen el control de la nocicepción, y la restauración de los padrones fisiológicos autonómicos y neuroendócrinos. La inhibición focal de la transmisión de señalas nociceptivas, la modulación de los reflejos segmentarios que sostienen el dolor, y la modulación de de las respuestas neurales supra-segmentarias a la nocicepción subsidian los resultados clínicos [Picaza J.A. 1975; Carlsson C. 2002; Chu J. 2002].

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